lunes, 24 de abril de 2017

REFLEXIÓN FINAL- ESTHER BOGA CAMPOS-.

Comenzamos la asignatura con la aclaración de cuatro conceptos muy importantes para entender que es inclusión y no confundirla. Estos conceptos fueron los de inclusión, integración, segregación y exclusión. Con cada término aprendimos que la inclusión es el último paso para conseguir que todos los alumnos tengan las mismas oportunidades de desarrollo y aprendizaje.

Como inclusión entendemos la agrupación por igual de todos los colectivos, con sus características personales e individuales dentro de la escuela, sin hacer diferenciación dentro de ella, ya que todos somos distintos y no solo algunos. Por mi parte aprendí que este término no significa lo mismo que integración, este modelo es el que existe hoy en día en nuestras escuelas, consiste en integrar o introducir al grupo (muchas veces minoritario) considerado distinto, dentro de las escuelas ordinarias, proporcionándoles una educación “normalizada” pero sacándoles fuera del aula en momentos puntuales para dar apoyo en las áreas que no están correctas (considerando correcto, lo que supuestamente tienen que tener adquirido para su edad). En mi opinión la integración sigue marcando diferencias dentro de la sociedad, aunque creo que es mejor una escuela integradora que una escuela que fomente la exclusión entre sus alumnos.

Una vez tratados los conceptos claves de la asignatura, podemos decir que nos metimos en materia de Educación especial, término complicado en mi opinión, ya que especiales somos todos porque todos tenemos características distintas, pero sin embargo este término se basa en la educación de niños con características iguales o parecidas llevadas a términos de enfermedades o psicopatías que comparten por tener unos rasgos iguales pero considerados fuera de lo común (mas llevado a términos de discapacidad). En mi opinión todos somos especiales, porque todos compartimos rasgos iguales pero somos muy distintos. Éste concepto se empezó a usar  a mediados de los 60 con más fuerza, con la creación de escuelas especiales gracias a grandes médicos y psicólogos como fueron María Montessori o Decroly. Hasta entonces a los niños con discapacidad se les privaba de educación, se les encerraba en las casas para que nadie les viese sin oportunidad alguna de desarrollarse educativamente ni socialmente. Gracias a la aportación de los mencionados anteriormente y muchos otros, hoy en día se ha conseguido llegar donde estamos, dejando atrás la exclusión que tanto daño a echo a éstas personas.

Ahora que tenemos claro cómo tratar el tema, podemos meternos en materia legislativa para conocer cuando y como se comenzó a usar el término integración e inclusión en las leyes que hemos tenido a lo largo de la historia. Como vimos en los textos de Echeita, G. (2006) y García Pérez Calabuig, M. (2015) la evolución de la inclusión ha sido rápida en cuanto al periodo de tiempo, ya que en cuestión de 50 años se ha desarrollado lo que es la educación inclusiva.

Podemos decir que la primera mención a una educación para todos se hace en la declaración Universal de los Derechos humanos. En el 65 se regula la educación especial que será tratada en leyes hasta el año 1978 con el Informe Warnock, dicho informe rechazaba la existencia de dos educaciones distintas, los deficientes con una educación especial y los no deficientes con educación simple, por lo que el término educación especial comenzó a tener un significado más amplio. En el 71 se crea la Carta Magna de la educación Especial en España, dando lugar al reconocimiento en la Constitución española de una educación gratuita para todas las personas. Sin embargo es en la Ley Orgánica 1/1991 LOGSE cuando la integración toma protagonismo dentro del ámbito educativo.

 Acercándonos más a la actualidad, en 2006 se plantea la ley Orgánica de Educación LOE, en ella aparte de integración se comienza a hablar de inclusión educativa de todos los colectivos. Gracias al recorrido que se ha llevado a lo largo de estos años en 2013 la ONU proclama el derecho de la Educación Universal para personas discapacitadas, algo muy valioso ya que es el reconocimiento de que esas personas, marginadas en su día, tienen derecho igual que cualquier ciudadano a tener una educación igual a la del resto de personas,

Por lo tanto la evolución de las sociedades y de las leyes han hecho posible que hoy en día se valore las diferencias de cada individuo como algo enriquecedor para el grupo y que sirva para aprender también individualmente.

Creo que aún  queda un paso más para llegar a la inclusión educativa de todos y es el hecho de que la escuela sea quien se adapte a las circunstancias tratando de compensar cada individualidad para que el aprendizaje sea beneficioso para todos los miembros del aula (López M.,  2008)


Para que la inclusión se implante finalmente en las escuelas no puede faltar un cambio, empezando por la sociedad, siguiendo por el sistema educativo y finalizando por el currículo y la metodología. Ésta última debería adaptarse a todos por igual de forma abierta, flexible y cooperativa, ya que el aprendizaje cooperativo es un principio de inclusión muy importante, puesto que la cooperación de todos los integrantes del sistema educativo es lo que hará posible la inclusión de todas las personas en los centros.

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