Para entender cómo hemos llegado a la inclusión primero debemos
entender qué es la inclusión, entendemos por inclusión la adaptación de las
escuelas para hacer posible la educación de calidad de todos los alumnos
indistintamente de sus propias características y/o diferencias.
Antes de tratar
la inclusión en las escuelas se alejaba a los alumnos con características
distintas al resto. Por ello existen distintas formas de educación como la
exclusión que directamente aparta a los niños con estas características
diferentes, la segregación que separa a estos alumnos enviándolos a centros
“especiales” y la integración que aunque permite que estos alumnos estén en un
centro ordinario dentro de éste se les separa y se les da una educación
distinta, este es el modelo que prima en las escuelas a día de hoy ya que
normalmente sacan a los alumnos diferentes de las aulas para que sigan su
proceso de aprendizaje lo que a mí parecer es una forma de exclusión
encubierta.
Para poder
llevar a cabo la inclusión desde mi punto de vista lo más importante es
priorizar la ADAPTACIÓN de los centros a los alumnos y no al revés. Esto
incluye adaptar el propio currículo, lo primero debería ser abierto y flexible
para que todos los alumnos tuvieran acceso a él, además si fuera necesario deberían
llevarse a cabo adaptaciones tanto significativas como no significativas. No
sólo debemos adaptar el propio currículo, sino también los elementos de acceso
a éste e instalaciones generales del centro.
No debemos
olvidar la presencia de ciertos valores como la tolerancia y el respeto en los
centros, incluyendo a todos los trabajadores de estos y la enseñanza de dichos
valores para poder alcanzar la inclusión.
Además en
función de la metodología empleada en los centros fomentará estos valores y con
ello la inclusión. Por ejemplo, el trabajo por rincones o de forma cooperativa
ayuda a los niños a aprender de forma que entre ellos mismos se ayudan y de
esta forma se puede aprovechar las virtudes de cada alumno para reforzar las
torpezas de estos mismos, aprovechando así los puntos fuertes de cada uno y
aprendiendo de las diferencias de los propios compañeros. Para llevar a cabo
estas metodologías es necesario el esfuerzo de todo el personal docente además
para la inclusión muchas veces son necesarios diversos recursos para la
realización de las adaptaciones. Esto supone un problema ya que recursos es
igual a aumento de presupuesto lo que a día de hoy suele ser bastante difícil.
Cuando vinieron
los padres de dos alumnos con necesidades educativas especiales a nuestro aula
y nos contaron sus experiencias me di cuenta de que no solo es importante que
los centros cuenten con recursos económicos, si no que las propias familias
tienen grandes gastos para normalizar la vida de sus hijos además de que en
estos casos particulares tuvieron que optar por la reducción de jornada para
poder estar con ellos en el día a día.
En mi opinión
esto supone un gran problema ya que a día de hoy nos hemos dado cuenta de que
la sociedad no está preparada para incluir a las personas que son “diferentes”
y
mucho menos
para entender la importancia de la necesidad de invertir en una educación para
todos. Por lo que hasta que no consigamos que la sociedad admita la inclusión
como base de nuestra sociedad no creo que podamos conseguir la inclusión plena
de todos los alumnos en los centros educativos.
Además debería
de existir una legislación más fuerte que obligara a los centros a cumplir unos
requisitos como los del “Index for Inclusion” que permite la valoración de las
características de los centros y focalizar las carencias de éste en cuanto a la
inclusión. No debería ser algo orientativo como es ahora, es decir, no creo que
cada centro de forma particular deba decidir si quiere ser inclusivo o no, si
no que debería ser obligatorio ya que es necesario para poder ofrecer una
educación de calidad a todos los alumnos.
Por todo esto,
creo que debemos esforzarnos para tener en cuenta a todos los alumnos sean
cuales sean sus características propias para poder educarles de la mejor manera
posible, y además aprovechar las diferencias para poder enriquecer a los demás
alumnos.
Ángela Díaz
Arcones
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