lunes, 24 de abril de 2017

REFLEXIÓN FINAL-ÁNGELA DÍAZ ARCONES-

Para entender cómo hemos llegado a la inclusión primero debemos entender qué es la inclusión, entendemos por inclusión la adaptación de las escuelas para hacer posible la educación de calidad de todos los alumnos indistintamente de sus propias características y/o diferencias.

Antes de tratar la inclusión en las escuelas se alejaba a los alumnos con características distintas al resto. Por ello existen distintas formas de educación como la exclusión que directamente aparta a los niños con estas características diferentes, la segregación que separa a estos alumnos enviándolos a centros “especiales” y la integración que aunque permite que estos alumnos estén en un centro ordinario dentro de éste se les separa y se les da una educación distinta, este es el modelo que prima en las escuelas a día de hoy ya que normalmente sacan a los alumnos diferentes de las aulas para que sigan su proceso de aprendizaje lo que a mí parecer es una forma de exclusión encubierta.

Para poder llevar a cabo la inclusión desde mi punto de vista lo más importante es priorizar la ADAPTACIÓN de los centros a los alumnos y no al revés. Esto incluye adaptar el propio currículo, lo primero debería ser abierto y flexible para que todos los alumnos tuvieran acceso a él, además si fuera necesario deberían llevarse a cabo adaptaciones tanto significativas como no significativas. No sólo debemos adaptar el propio currículo, sino también los elementos de acceso a éste e instalaciones generales del centro.
No debemos olvidar la presencia de ciertos valores como la tolerancia y el respeto en los centros, incluyendo a todos los trabajadores de estos y la enseñanza de dichos valores para poder alcanzar la inclusión.

Además en función de la metodología empleada en los centros fomentará estos valores y con ello la inclusión. Por ejemplo, el trabajo por rincones o de forma cooperativa ayuda a los niños a aprender de forma que entre ellos mismos se ayudan y de esta forma se puede aprovechar las virtudes de cada alumno para reforzar las torpezas de estos mismos, aprovechando así los puntos fuertes de cada uno y aprendiendo de las diferencias de los propios compañeros. Para llevar a cabo estas metodologías es necesario el esfuerzo de todo el personal docente además para la inclusión muchas veces son necesarios diversos recursos para la realización de las adaptaciones. Esto supone un problema ya que recursos es igual a aumento de presupuesto lo que a día de hoy suele ser bastante difícil.
Cuando vinieron los padres de dos alumnos con necesidades educativas especiales a nuestro aula y nos contaron sus experiencias me di cuenta de que no solo es importante que los centros cuenten con recursos económicos, si no que las propias familias tienen grandes gastos para normalizar la vida de sus hijos además de que en estos casos particulares tuvieron que optar por la reducción de jornada para poder estar con ellos en el día a día.

En mi opinión esto supone un gran problema ya que a día de hoy nos hemos dado cuenta de que la sociedad no está preparada para incluir a las personas que son “diferentes” y
mucho menos para entender la importancia de la necesidad de invertir en una educación para todos. Por lo que hasta que no consigamos que la sociedad admita la inclusión como base de nuestra sociedad no creo que podamos conseguir la inclusión plena de todos los alumnos en los centros educativos.

Además debería de existir una legislación más fuerte que obligara a los centros a cumplir unos requisitos como los del “Index for Inclusion” que permite la valoración de las características de los centros y focalizar las carencias de éste en cuanto a la inclusión. No debería ser algo orientativo como es ahora, es decir, no creo que cada centro de forma particular deba decidir si quiere ser inclusivo o no, si no que debería ser obligatorio ya que es necesario para poder ofrecer una educación de calidad a todos los alumnos.
Por todo esto, creo que debemos esforzarnos para tener en cuenta a todos los alumnos sean cuales sean sus características propias para poder educarles de la mejor manera posible, y además aprovechar las diferencias para poder enriquecer a los demás alumnos.


Ángela Díaz Arcones

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